5.Conclusiones

Hemos comenzado este trabajo planteando un interrogante que ha llegado la hora de darle respuesta: ¿Por qué Noruega exhibiendo tan buenos indicadores de desarrollo económico y social no lo reflejaba en los índices de innovación?¿Es Noruega un país poco innovador?¿Existe alguna particularidad que no se esté tomando en cuenta a la hora de efectuar la medición?

Al principio de este trabajo nos planteamos tres objetivos –y tres hipótesis- sobre los cuales nos apoyaríamos como guías rectoras de nuestro análisis. El primero de los puntos tenía que ver con identificar la estructura industrial de Noruega vinculado a la hipótesis de que su industria se encontraba dominada por industrias de Baja y Media Baja Tecnología. Vimos que está compuesta principalmente por una gran proporción de empresas que pertenecen, según el indicador de intensidad tecnológica, a los grupos –sectores tecnológicos- denominados Baja y Media Baja Tecnología; los indicadores son elocuentes de esta dominancia ya sea que hablemos de cantidad de establecimientos, cantidad de trabajadores en cada industria o el producto total.

En los últimos dos objetivos nos propusimos, haciendo uso de cierto campo de la literatura existente, relacionar las actividades de innovación llevadas adelante por las empresas con su pertenencia al sector tecnológico, según la clasificación de intensidad tecnológica. Al respecto, utilizando datos de la CIS 2012 encontramos efectivamente que dependiendo del sector tecnológico en el que se encuentren las empresas, siguen estrategias de innovación diferenciadas. La estrategia de los sectores de Baja y Media Tecnología resulta diferente de la seguida por las empresas de Alta y Media Tecnología. La primer característica de la estrategia seguida por los primeros es que utiliza una combinación balanceada de actividades para innovar, esto es, se vale principalmente de las actividades de entrenamiento, adquisición de maquinaria, equipo y software e I+D interna de manera tal que se compensan y potencian el proceso innovador. Por otro lado, los sectores de Alta y Media Tecnología denotan un sesgo particular hacia las actividades vinculadas a I+D interna. La segunda característica es un desprendimiento de la primera: mientras que en los sectores de Baja y Media Baja Tecnología el método de aprendizaje, el aprovechamiento del conocimiento y, por lo tanto, el proceso de innovación se basan en el hacer, usar e interactuar –el conocimiento que da el interactuar con el medio en el día a día-, en los sectores de Alta y Media Alta Tecnología la habilidad para innovar se basa en la adquisición de conocimiento a través de la ciencia, la tecnología y la investigación.

Esto nos permitió testear y probar la hipótesis acerca de que los indicadores tradicionales presuponen cierta estructura productiva; al realizar la medición del esfuerzo de las empresas en una sola de las actividades de innovación –la I+D interna- están dejando de lado otras actividades y, por lo tanto, estrategias que no descansan fundamentalmente en ese tipo de actividades. Para el caso noruego esto cobra especial relevancia considerando que su estructura industrial se encuentra dominada por empresas del llamado sector de Baja y Media Tecnología, cuya estrategia de innovación descansa en llevar a cabo varias actividades de innovación además de I+D interna.

Entonces, cuando hablamos de I+D estamos hablando de la explotación del conocimiento científico y tecnológico que nos abre y permite explorar nuevas opciones. Si bien esto es importante, también existe otro tipo de conocimiento, más relacionado con el conocimiento acumulado por la experiencia. Cuando hablamos de índices de innovación, generalmente lo hacemos en el sentido de aquellos índices que miden el primer tipo de conocimiento. La OCDE así lo hace al realizar el estudio acerca de la intensidad tecnológica y caracterizar a la economía noruega de paradojal. Este indicador clasifica a las industrias por su intensidad tecnológica de Alta a Baja Tecnología. Es precisamente en estas últimas donde se hace un uso más intensivo del segundo tipo de conocimiento.

Nos queda el testeo de la última de las hipótesis planteadas en este trabajo: no existe paradoja en la economía noruega. A la luz de las observaciones de este trabajo resulta prematuro e injustificado hablar de una pobre performance en innovación y caracterizar por ello a la economía de Noruega como una paradoja.

En primer lugar, no se trata de una economía poca innovadora, sino que es poco innovadora en los términos tradicionales. El indicador de intensidad tecnológica subestima la actividad innovadora en Noruega. Cuando ampliamos el espectro de lo que consideramos innovador surge que el ecosistema innovador noruego se basa en actividades vinculadas al diseño, adquisición de maquinarias y otras actividades de innovación consideradas por en el Manual de Oslo pero no por el indicador de intensidad tecnológico.

En segundo lugar, sería recomendable y esperable utilizar indicadores que busquen medir la actividad innovadora considerando aquellas estrategias que centran su fortaleza en el conocimiento derivado de hacer, usar e interactuar. En este trabajo usamos el nivel de intensidad en adquisición de maquinaria, equipo y software. Los resultados son elocuentes, los sectores de Baja y Media Tecnología muestran una mejor performance que los de Alta y Media Alta Tecnología. Otra alternativa interesante pero por no poder datos disponibles no pudimos calcular, es la proporción de personas con título universitario sobre las personas sin título universitario (como una forma de medir la intensidad de la educación).

Por último, el análisis efectuado de los datos de la CIS 2012 nos brindaron un aspecto relevante de la innovación noruega: la importancia asignada a las actividades de entrenamiento por las empresas sin importar sector industrial o clasificación según intensidad tecnológica. Según lo visto, la educación es una gran potenciadora. En este campo, la performance de Noruega lo ubica como uno de los países con mejores indicadores de educación. La importancia de la educación puede manifestarse en dos aspectos diferentes: la educación (en sus diferentes formas pero especialmente la Educación Permanente) permite que las empresas puedan explotar sus capacidades tecnológicas y de absorción de la información, sobre todo si consideramos la estrategia seguida por las empresas noruegas de Baja y Media Tecnología.

Las conclusiones a las que arribamos en nuestro análisis no nos permiten confirmar con certeza la hipótesis planteada. Sin embargo nos llama la atención sobre el aspecto sectorial del proceso innovador. Lo recomendado entonces sería realizar un análisis sectorial del mismo. Cada sector tecnológico debería ser evaluado y puesto a comparación internacional basado en los indicadores que mejor captan el proceso innovador en cada caso, tomando en consideración las estrategias de innovación llevadas a cabo. Por ejemplo, como hemos visto para el caso noruego, las estrategias de innovación de los sectores de Alta y Media Alta Tecnología tienen un notorio sesgo hacia actividades de I+D, el indicador de intensidad tecnología resulta un indicador confiable para medir la performance innovadora en estos sectores.

Otra conclusión que se encuentra implícita en el presente trabajo es que la información que pueden aportar indicadores como la intensidad tecnológica debe ser complementada por datos cualitativos como los aportados por las Encuestas de Innovación ya que, en línea con Smith (2004), permiten acceder a información rica en detalle permitiéndonos comprender con mayor profundidad el fenómeno de la innovación.

Tres líneas de investigación quedaron truncas en el presente trabajo, por falta de acceso a datos al nivel de la firma y que hubieran servido todavía más para desentrañar la dinámica innovadora noruega. Esto sumado al hecho que las actividades llevadas a cabo por las empresas noruegas de Baja y Media Baja Tecnología tienen mucho que ver con la interacción con los usuarios y proveedores. A nuestro entender esto puede llevar a interesantes investigaciones en lo que se refiere a:

  • Cooperación entre las firmas noruegas: La literatura acerca de innovación en empresas de Baja y Media Tecnología hablan del papel que cumplen estas empresas en la difusión de las tecnologías creadas por las empresas de Alta y Media Alta Tecnología (Hirsch-Kreinsen, 2008). Castellacci (2008), realiza una clasificación de los sectores industriales según su contenido tecnológico y del uso de la tecnología que realiza cada sector, pero no profundiza en las implicancias de las industrias de Baja y Media Baja Tecnología como propagadoras de tecnología.
  • Fuentes de innovación de las firmas noruegas, en el sentido atribuido por von Hippel (1988, 2005). Esta particular visión acerca del proceso de innovación corre del centro de la escena a las empresas como el centro neurálgico donde ocurre la actividad innovadora y lo centra en los usuarios y proveedores. En este sentido, surge el siguiente interrogantes: ¿Cuál es el papel que cumplen las empresas de Baja y Media Baja Tecnología en las innovaciones realizadas sobre las maquinarias y equipos utilizados que son fabricados en empresas del sector de Alta o Media Alta Tecnología? Es en estas empresas donde se encuentra el conocimiento por el uso de las máquinas.
  • Como corolario de la gran difusión de las actividades de entrenamiento que existe en todos los sectores industriales, sería interesante testear la relación entre educación y difusión de las innovaciones. Lo investigado y analizado en este trabajo nos hace preguntarnos el rol de la educación como difusora de las innovaciones. En este sentido, el trabajo realizado por Villalba (2007) concluye: “Countries that perform better in education, have more innovation friendly markets. This seems to confirm that countries with better educated population are better prepared to receive innovation” (Villalba, 2007, p. 44). ¿Consumidores con niveles altos de educación influyen en tasas de difusión más rápida de las innovaciones?

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